Ellos son una pareja especial, tenían claro desde el principio que no querían un reportaje tradicional. Laura dejó en casa sus piercings por unas horas, mientras Daniel volcó toda su creatividad en los preparativos de su boda, un evento plagado de detalles que cambiaron por horas de sueño…

Comenzamos el día con Laura, que nos acogía en un ambiente de lujo con una tapas, muchos espejos y una selección de canciones con mucho gusto que sonaban, mientras Javi de Kokoa la dejaba espectacular. Dani llego a la iglesia de San Miguel como un flan, repartiendo abrazos a los primeros invitados.

Tras la ceremonia, fuimos caminando hasta el lugar del banquete que tuvo lugar en las bodegas Harveys. Por el camino, los botellines de Cruzcampo se sucedían entre bar y bar, entre foto y foto. No sólo celebraban su casamiento, también su cumpleaños y a las 12 de la noche sonó el ‘cumpleaños feliz’ para alegría de Dani, que pudo ver entre el papel de regalo la palabra ‘Ipad’.

Un video agradecimiento sirvió como apertura de las copas que duró hasta altas horas de la madrugada. En breve tendrán todas sus fotos y él mismo se diseñará su propio álbum de bodas, ahora soy yo el que espera impaciente, ¡quiero verlo! 🙂 Gracias por todo, sois geniales, un abrazo y sed felices.