La preparación de un evento como una boda conlleva mucho tiempo y dedicación. Hacerte con los servicios de todos los proveedores, con sus reuniones, firmas y contratos correspondientes, realizar una elección que te satisfaga y se adapte a la boda que soñaste, puede llegar a ser todo un reto.

José María e Isabel son una pareja muy ocupada, su terreno laboral no les permite tener mucho tiempo libre pero aún así, supieron organizar un día mágico. Algunos proveedores como nosotros, fueron tomados de referencias de bodas de familiares, otros fueron apuestas de ellos y juntos, formamos un día perfecto de principio a fin.

El tiempo acompañó, espléndido día para iniciarlo en una casa conocida. Dos años más tarde, volvíamos a ese dormitorio de singulares muñecas, al billar, a la librería, al hermano pequeño, aunque con una cuarta más de altura, agarrado al mando de la videoconsola; al abuelo encorbatado sentado en aquel sillón del pasillo, listo para contar nuevas batallitas que rondaban por su mente.

Intenso de principio a fin, vivieron su gran día a tope, disfrutaron de cada minuto. Horarios perfectos para desplazarnos a un lugar especial para las fotos de exteriores, la aparición de una tuna por sorpresa, un repaso a su infancia y noviazgo en forma de video, impresionante la tarta, un menú exquisito y un baile más que original.

Todos los ingredientes para hacer de una boda, una gran boda. Pero todo no quedó ahí, en nuestra despedida, nos llevamos unas palabras que tenían guardadas para nosotros, un agradecimiento que nos pegó un pellizco en el estómago, de esos que hacen grande a las personas.

Humildes y agradecidos hacen de vosotros una gran pareja. Os merecéis todo lo mejor. Gracias por vuestro trato, fue de diez. Nos queda aún la guinda del pastel, a por la postboda. Mientras, sed felices…