A Fran lo conozco de hace muchos años. Yo iba al instituto y eran tiempos dónde no todos tenían un ordenador en casa y mucho menos internet. Teníamos amigos en común que me llevaron hasta él, hasta su cyber café, su ‘cyber speedline center’. Después las cofradías también me hicieron coincidir con él varias veces. Fran desprende humildad, es tímido y servicial, los obstáculos en su vida le han hecho más fuerte y sólo basta tomar algo con él para contagiarte sus ganas de vivir. María es sencilla y simpática, se les ve muy enamorados.
Se casaron el sábado y le proyectamos este video el día de su boda, una edición en el mismo día que se tornó en sorpresón. Amaneció nublado, con unas nubes amenazantes que fueron retirándose conforme llegaba la hora señalada. En la Merced esperaba Fran, se le notaba nervioso. Allí Miguel Salado y su guitarra amenizaría una bonita ceremonia que ofició el padre Felipe. Lluvia de arroz y papelillos en cantidades industriales, para los novios y los cámaras, que fuimos bañados tanto o más que la pareja. Las antiguas paredes del Alcázar cobijó el reportaje de exteriores antes de llegar a la bodega Diplomáticos, donde disfrutamos con ellos de la celebración. Sed felices y disfrutad de esos viajes.
Gracias por todo…
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