Cuando una pequeña llega a vuestras vidas, todo es diferente. Las prebodas se convierten en sesiones familiares y una caja de juguetes o un columpio, se convierte en el eje de nuestra sesión. No nos extrañó en ningún momento y colaboró en todo lo que le indicamos, ¡una campeona!. ¿El resultado?, una sesión divertida de una pareja y una muchachita, que acaparará todas las atención en el día de la boda de sus papis, además de llevar los anillos… Familia, ya está aquí el gran día, disfrutad y sonreid, como sonríen los niños…

Cuando gran parte de los invitados a una boda vienen de fuera, de otras ciudades, la asistencia a una boda se convierte en un auténtico viaje. No es sólo un día, se extiende a varios y permite una convivencia mucho más extensa. Conocer la ciudad, su gastronomía o ir en búsqueda de alguna que otra visita turística, hacen que tu fin de semana en el destino sea completo.

La celebración se desarrolló en las bodegas Luis Pérez

Hoteles, hostales o casas, cualquier lugar es bueno para agruparse unos cuantos amigos en busca de un rincón donde dormir unas horas. Una de estas casas, la que acogía a Antonio y gran parte de su familia, sirvió de escenario para comenzar la fiesta. Un día antes, unos kilos de carne y decenas de latas de cervezas sirvieron para que los invitados conectaran, una convivencia que se intensificó con juegos y música, un plan perfecto para crear un buen rollo entre el centenar de jóvenes dispuestos a pasarlo en grande.

Crear un ambiente ideal en tu boda entre fiesta y emociones, como las que se vivieron en la ceremonia. Para no dejar nada en el aire, prepararon un ritual a conciencia. Amigos y familiares fueron invitados a sacar lo mejor de cada uno para que, en forma de palabras, dejaran unos retales de momentos vividos juntos, de anécdotas y recuerdos que tocaron el corazoncito de muchos de los presentes.

La fiesta estaba asegurada, lo que no hubiera asegurado yo fueron las nueve horas de barra libre que vivimos, si, porque esta vez nos tocó vivirlas. Como maestro de ceremonias, un lujo, Jose Bravo, que condujo la situación en todo momento manteniendo la pista a reventar de principio a fin. Seguramente, ni a él, ni a gran parte de los invitados que vivimos aquello, se nos olvidará la gran fiesta que montaron Antonio y Carmen para todos sus invitados… ¡chapó!.

Pareja, amigos, fue un placer haber participado tan de cerca en vuestro gran día, todo salió perfecto, debéis estar orgullosos de vuestra gran boda. Sed muy felices.